Si eres trabajador y has cambiado de contrato, es probable que te preguntes si te pertenece un finiquito. Esta situación puede generar confusión y preocupación, especialmente si no estás familiarizado con las leyes laborales. Por suerte, existen normativas que protegen los derechos de los empleados y establecen ciertos criterios para determinar si se debe o no recibir un finiquito tras un cambio de contrato.
En este artículo, te explicaremos todo lo que necesitas saber sobre el tema. Desde qué es un finiquito y cómo se calcula hasta cuáles son los casos en los que se debe recibir uno después de cambiar de contrato. Además, te brindaremos algunos consejos para que puedas proteger tus derechos laborales y evitar posibles problemas.
Contratos que no tienen finiquito.
Cuando se habla de finiquito, se hace referencia a una liquidación de cuenta laboral que se realiza al finalizar un contrato de trabajo. Esta liquidación se hace en función de los días trabajados, sueldo, vacaciones y otros beneficios que correspondan al trabajador.
Sin embargo, existen ciertos contratos que no tienen finiquito, lo que significa que al momento de finalizar la relación laboral no se realiza una liquidación de cuenta. Estos contratos son:
- Contrato por obra o faena: Este tipo de contrato se utiliza cuando se contrata a un trabajador para realizar una tarea específica y determinada. Una vez que se termina la tarea, se da por finalizado el contrato y no se genera finiquito.
- Contrato a plazo fijo: Este tipo de contrato tiene una duración determinada y finaliza cuando se cumple el plazo establecido. En este caso, se debe indicar en el contrato si se incluye o no finiquito al finalizar la relación laboral.
Es importante tener en cuenta que existen ciertas situaciones donde se puede exigir finiquito, incluso en contratos que no lo contemplan.
Esto sucede cuando el trabajador es despedido de manera injustificada, en cuyo caso se debe pagar la liquidación de cuenta correspondiente.
Pérdida de antigüedad al cambiar de contrato laboral.
Al cambiar de contrato laboral, es posible que se pierda la antigüedad acumulada en la empresa. Esto se debe a que la antigüedad se calcula a partir de la fecha de ingreso a la empresa y no se acumula en caso de cambiar de contrato.
Es importante destacar que la antigüedad es un factor clave en el cálculo de ciertas prestaciones laborales, como el finiquito, ya que a mayor antigüedad, mayor será el monto a recibir. Por tanto, al cambiar de contrato, se puede ver reducido el monto del finiquito.
Es importante tener en cuenta que la pérdida de antigüedad no siempre se produce al cambiar de contrato laboral. En algunos casos, el trabajador puede mantener su antigüedad en la empresa si se mantiene dentro de la misma área de trabajo o departamento, o si el cambio de contrato se realiza dentro de la misma empresa y se establece un acuerdo con el empleador.
Es recomendable que el trabajador revise detalladamente las condiciones del nuevo contrato laboral antes de firmar, para asegurarse de que se respeten sus derechos laborales y se eviten sorpresas desagradables en el futuro.
Si un trabajador ha cambiado de contrato y decide finalizar su relación laboral con la empresa, es importante que sepa que tiene derecho a recibir un finiquito. Este documento es un cálculo detallado de los pagos que la empresa debe hacer al trabajador por concepto de salario, indemnización, vacaciones, aguinaldo, entre otros.
Es importante destacar que el finiquito es un derecho que le pertenece al trabajador y que debe ser entregado en un plazo máximo de 10 días hábiles después de que se haya finalizado la relación laboral. Si la empresa no cumple con esta obligación, el trabajador puede interponer una denuncia ante la autoridad laboral correspondiente.
Es recomendable revisar detalladamente el finiquito para asegurarse de que todos los pagos sean correctos y estén de acuerdo con lo establecido en la ley laboral. Si se detecta algún error o discrepancia, el trabajador tiene derecho a reclamar y exigir las correcciones necesarias.